hola a todos

como veran aqui mismo yo soy itzy, para empezar me gustaría decirles que me gusta mucho que estén leyendo esto... si hay algo que quieran decirme para mejorar el blog, no duden en decirmelo y haré todo lo posible por hacerlo...
bueno les pido que si me hacen un favor le pongan que les gustó el contenido (hasta abajo) deser posible, y trataré de subir historias una vez al mes, o dos en dias festivos personales... Gracias los AMO!!!!!

29/12/12

Capítulo 4


Lo que se conoce como el miedo
El miedo que pasé ahí afuera, nunca me había sentido tan desprotegida como esa noche, aunque tuve que escuchar varias veces como Jack me decía que no tuviera miedo, que todo eso era por mi seguridad. Me sentía tan indefensa, tan acosada, que casi apuñalo a Jack por accidente, el tuvo la idea de sujetarme del brazo para que supiera yo que él estaba ahí a mi lado, me sentí mejor cuando nos encontramos con unas luciérnagas que daban vida y luz a todo el bosque, estábamos cerca, empezaba a ver muchos lagos repletos de nenúfares; unos más hermosos que otros, pero a Jack no les importó y siguió cabalgando a mi lado, con la vista hacia enfrente, nariz recta y vista seria. Así se quedó por varios minutos, hasta que llegamos a la supuesta entrada de la ciudad, no era más bella que las otras, de hecho resultaba la más fea. Era un simple riachuelo que conducía hacia dos estaques, solo tenían flores marchitadas por el agua contaminada que llegaba ahí.
De repente, como si hubiese escuchado mis pensamientos, empezó a fluir desde lo alto de la montaña a la que estaba recargada, un agua clara y pura, que, a su vez fue abriendo paso en su tierra, haciéndola más y más profunda; hasta que quedó como un lago muy bello, de gran profundidad, digna entrada de una hermosa ciudad.
Al ver la entrada camine hacia ella, pero Jack me sujetó el brazo y me susurró al oído:
-Mira, Katrina en esta ciudad todos son diferentes a lo que estas acostumbrada, no digo que seas imprudente, pero si un poco descuidada, solo te pido que en nuestra estancia no te separes de mi, quien sabe que información quieran de ti.
Asentí con delicadeza, yo no era una buena actriz, pero con Jack a mi lado creo que nadie lo notaría, él llamaba mucho la atención, mucho más de lo que cualquiera lo hacía, supongo que ese era el resultado de tener un dragón. Se tornó divertido en cuanto entramos a la ciudad, resultó todo más difícil de lo que creí porque la que llamó la atención de todo el mundo, fui yo. No me preguntes cómo, Ya que tengo muchas teorías que nunca pude comprobar: Jack llamaba la atención de todos pero yo era más guapa que él, el tatuaje de mi rostro era muy llamativo y por eso miraban mi cara estupefactos, me confundieron con un ser peligroso y por eso se apartaban de mi con cautela viéndome a los ojos, me había ensuciado al bajar a la ciudad por el agua, creían que era hermana de Jack, notaron que mi expresión era aterradora y por eso me rehuían, parecía una princesa celestial, ¿o alguna estupidez así se les había ocurrido?
Íbamos a la “mitad” del camino cuando una chica rubia, blanca y de ojos azules se abalanzó a Jack, quitando el brazo que me unía a él haciéndome caer de debilidad, estaba realmente muy cansada, muchas emociones por toda una noche, no había dormido para nada, claro que de todas maneras ya había previsto ese punto así que no me preocupé mucho por ello hasta que un peso infligió en mí, me estampé en el suelo, sentía que pesaba una tonelada y volvió a suceder, misma chica y mismas palabras penetraron mi cabeza solo que con algo más, una ubicación, y no estaba muy lejos, pero cuando volví en mí, ya no sabía ni qué había pasado.
Estaba en una habitación oscura, pero no lo suficiente, así que pude observar todo a mi alrededor, el cuarto era grande, tenía un sofá negro, todos los muebles eran de madera de Maple, una mecedora ocupaba el sitio al lado de un rosal que, yo supongo, iban a podar cada cierto tiempo predeterminado, a ambos lados de la cama había un buró que combinaba perfectamente con los demás muebles, y además el cuarto estaba pintado de un verde muy tenue, que me hacía pensar en el exterior, en el sol que debía de estar justo ahí afuera. Me levanté con cautela, y enseguida noté la ausencia de mis dagas, me habían quitado la capa y tenía puestos unos ropajes que desconocía, y peor aún, no encontraba mi bolsa ni mis botas, en pocas palabras, estaba en pleno secuestro.
-Que estupidez –me dije bufando ¿Cómo era posible? No estaba atada ni desnuda, pero me sentía igual de acosada que la noche anterior.
Me dispuse a buscar una puerta que encontré con la mayor facilidad, pero justo cuando abría la puerta hubo alguien que iba entrando y como resultado ambos nos caímos de sentón.
-¡Katrina! ¿Porqué estas levantada? y peor aún ¿Quién te dio permiso para salir de la habitación?
-Y yo quisiera preguntarte un par de cosas Jack –dije dándole una mirada furiosa que dejó una mirada de sorpresa en su rostro, y no me extrañaba porque hasta ese momento, él nunca me había visto enojada.
Le jalé la mano y lo adentré a la habitación, teniendo en cuenta que no me gustaba decir cosas ajenas en público y lo que le tenía que preguntar, inevitablemente haría que me sonrojara.
-Muy bien empecemos –dije dándome la vuelta y viéndolo a la cara, que estaba llena de curiosidad a mis preguntas – Primero, ¿Qué es este lugar? Segundo, ¿Dónde están mis cosas? Tercero, ¿Esta ropa cuando me la puse? Cuarto, ¿Dónde estuviste? ¿No que no me separara de ti? Que me pegara como sanguijuela si era necesario y todas esas es…
Me interrumpió en medio de la expresión cerrándome la boca con el dedo, y mostrándome con la otra mano una bolsa blanca, que si mi olfato no me fallaba era el desayuno, me moría de ganas de comer algo, ya que solo el hecho de despertar hambrienta alimentó mi mal humor.
Me relajé un poco, e incluso me sonrojé por el tono que había utilizado con Jack, que no era el más adecuado para tratarlo. Le quité su mano de mi boca y jugué con sus dedos en modo de disculpa, y al parecer, el lo entendió porque me despeinó como de costumbre y me llevó a la cocina que nunca descubrí en los 30 minutos que estuve ahí consciente.
Abrió las cortinas y entró mucha luz de sopetón, tanta que tuve que cubrir mis ojos por el cambio radical de iluminación. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz del sol reluciendo, el desayuno ya estaba servido, y Jack estaba enfrente desayunando hambriento.
-Al resto de preguntas que tienes –dijo cuando me estaba comiendo el huevo, los frijoles y las salchichas con una tortilla –Estamos en mi antiguo despacho, y ya que te desmayaste en medio de la calle causaste malas impresiones de mi –me dio una mirada reprobatoria que se la devolví con una mirada igual o más furiosa que la de él –tus pertenencias las puse en tu cuarto, pero ahora estabas durmiendo en el mío porque era el más cercano y realmente estabas muy cansada, seguramente tienes tus razones para desmayarte así pero primero terminaré antes de preguntarte nada –me sonrió antes de continuar con la última pregunta –y con respecto a la ropa –se sonrojó e hizo una pequeña pausa que no me dio buena espina –pues… “ella” te cambió.
-¿Quién es “ella”, eh?… por ella te refieres a la chica de ayer ¿verdad?
Él asintió con la cabeza baja, y por lo que decían sus orejas, aún seguía con el rubor. Me rasqué la mejilla con aire ausente. Ya que solo pensaba en la visión de la noche anterior, el lugar era más iluminado, así que pude analizar el lugar con mayor detenimiento, y si no mal me equivocaba era casi idéntico a un casillo en una caverna, las estalactitas y estalagmitas adornaban el lugar, no me extrañaba que alguien ahí llegase a tener fiebre, con toda la humedad que pudiese haber ahí uno seguramente no podría respirar.
Me sacó de mi fantasía el aroma de que algo se quemaba, y miré la fuente del olor. Una chica que estaba al margen de la puerta fumando un puro, la misma chica de ayer. Se me calentó la cara de tan solo recordar las palabras de Jack, ella lo notó y me regaló una sonrisa que mostraba sus impecables dientes blancos, la miré un  largo rato y la examiné con mucho cuidado, ojos almendrados, pecas que espolvoreaban su cara, figura alta y porte elegante que se distinguía aún en su ropaje informal de: botines, un pantalón de mezclilla azul y un top escotado púrpura.
Las ropas que vestía seguramente eran de ella, porque como ella me veía extrañamente similar, me sonrojé aún más hasta que ella me tocó el hombro y con una sonrisa me dijo:
-Katrina, he escuchado mucho sobre ti, mi nombre es Abigail, soy una antigua amiga de Jack.
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Jajaja
Hola, aqui tengo un nuevísimo capítulo
Espero que les haya gustado
ITZY

19/11/12

Capítulo 3


El Diario de la creación
Jack era un muy buen narrador de historias, recuerdo que me estremecí al escuchar esa historia. Jack solo leyó el primer día, yo me fui de ahí para reflexionar. En mi interior sentía que entendía muy bien. Hechos que solo pude entender yo, Jack me dijo que ni el mismo entendía la historia, a pesar de vivir ahí para contarla.
Jack después de contármela, me dijo que también era la primera vez que lo leía, pero la diferencia entre él y yo era increíble. Yo solo era una chica normal, una huérfana.
 Nunca necesite de nadie, solo de Jack quien me crió la mayor parte de mi vida, el me dijo cuando era pequeña que cuando solo era un joven de 94 años, se encontró al pie del lago, una canasta. Se acercó lentamente y escuchó el llanto de un bebé dentro de un canasto, subió la tapa y me encontró llorando, sonrojada y totalmente tapada por unos mantos dorados y plateados. Me alzó y comenzó a cantarme una nana para que dejara de llorar, funcionó las lagrimas comenzaron a desaparecer y en mi cara se dibujó una sonrisa. Según él, intentó buscar a mis padres, pero al no obtener resultados, me llevó a su despacho y me crió como a una hermana. Desde que era solo una bebé no me daba miedo la noche de hecho el me descubrió muchas veces fuera de la cama con una manta para cubrirme contemplando la luna.
Sacudí la cabeza volviendo al presente, el pasado se queda donde esta, nunca me gustó sacarlo a la luz. Volví a pensar en la historia que era lo único importante en ese momento, no pude haber sido ese pequeño ser que estaba entre los dos creadores del mundo, porque debería ser mucho mayor que Jack. Era ilógico, no debería de ser mayor que Jack ya que al contrario de mi, él era muy maduro, yo no era de lo más paciente, él era más sabio que yo. En definición él era perfecto y yo no.
Volteé a ver al horizonte, el atardecer ya estaba ahí. Tenía que darme prisa, así que empecé a caminar con mayor rapidez. Cuando entré a casa se oscureció y no apareció la luz de luna a la que cada día estaba acostumbrada. Encendí una vela, pero no fue suficiente. Encendí las velas que estaban en la mesa, en la estancia, en mi habitación, en la cocina; no era una casa grande solo había un escalón de diferencia para mi habitación, yo había construido esa casa la conocía perfectamente, sus más obscuros secretos que yo me había permitido hacer, un pasadizo para ir al mejor lugar para pescar y cazar en sus temporadas. El pozo, la ciudad, el bosque, el acantilado que daba al mar una hermosa vista en luna llena.
No era muy  bella vista desde fuera, parecía solo una casucha destruida y nada acogedora. Pero al entrar veías el hermoso interior que como yo y otros era más hermoso que todo. Limpio, brillante, cálido. Me dirigí a mi cuarto para tomar ropa e irme a bañar, me lavé con agua caliente relajándome lo suficiente para que esa noche pudiera dormir bien.
Ya preparada para dormir, secándome el cabello, tocaron la puerta era un golpe suave silencioso era Jack, podía saberlo con solo escuchar su golpeteo tímido que me había aprendido desde niña.
Fui casi corriendo a abrirle la puerta, él por su parte, al verme me tomó de la cintura y me llevó a la estancia, me sentó en el sillón junto a él, Jack miró la chimenea, con una expresión rara, como si esa fuese la última vez que iría a visitarme.
-Katrina, necesito que me escuches con atención –su voz gruesa rompió el silencio, lo miré a los ojos. Eran más verdes que azules, por lo que podía suponer que estaba nervioso.
Asentí.
-Katrina, debemos huir. Tú y yo, ya que ambos estamos en peligro aquí. Lleva todo lo que puedas cargar, te explicaré todo en el camino. Tengo unos caballos afuera, debemos irnos lo más pronto posible, no regresaremos por un largo tiempo.
Me petrifiqué ante eso, no podía decir nada en mi defensa, en la de mi casucha, mi vida. Me levanté y comencé a guardar cosas, solo lo necesario: una tetera, una  olla, un sartén, cubiertos, tazas, y comida. De ropa me llevé: pantalones de mezclilla; blusas de manga larga, ¾, y de tirantes; faldas y vestidos; calcetines; botas; etc. A pesar de que llevaba muchas cosas, todo cupo en una maleta pequeña, con el orden adecuado pude poner todo sin la necesidad de llevar algo en la mano solo la capa, el dragón se me subió al hombro y me lamió la mejilla, me quemó la piel con su saliva, ignorando por completo mi expresión de dolor, siguió lamiendo hasta que creó una flor en mi mejilla, que iba desde mi barbilla hasta el extremo de mi ojo izquierdo.
-Oye Jack, ¿Qué me hizo tu escamoso amigo?
-Katrina, esa es una marca para que pases desapercibida al lugar donde vamos.
-¿Y ese lugar es?
-La ciudad del nenúfar.
La ciudad del nenúfar, ese lugar era una ciudad muy grande ideal para perderse. Estaba escondida debajo de un grande lago de nenúfares.
El problema era que en esa zona había muchísimos lagos; muchos de ellos tenían animales como serpientes y sanguijuelas que mataban a quien se acercaba ahí, así que solo había una forma de sobrevivir: CONOCER ESA RUTA COMO LA PALMA DE TU MANO, de Jack no lo dudaba. Había estado en este mundo por 100 años más o menos, así que suponiendo que él quería ir a ese lugar era por una razón muy poderosa. Miré mi rostro por última vez en mi espejo de baño, recordando esa imagen, era mirada, mi propio reflejo que iba a ser víctima de cambios, unos más fuertes que otros.
La marca que me había hecho, el símbolo del nenúfar; esa marca era el símbolo de una familia muy respetable en esa ciudad. Los Navi, esa familia fue una de las primeras familias en el mundo, de hecho según muchos, esa es a la única familia que respetan ahí, todos sus compañeros son dragones, y los encuentran al nacer. Y por ello tienen la marca desde que nacen.
La saliva de un dragón es acida por naturaleza, mucho más acida que la nuestra ya que con ella prenden fuego.
Me seguía ardiendo la mejilla, por lo que me mojé la cara y me puse la capa, me cubrí la cara con la capucha y unos cabellos que se escaparon de mi trenza recién hecha, tomé la maleta y me encaminé a la obscuridad. De salida tomé mi arco, mis dagas, un collar de ámbar y cambié mis pantuflas por unas botas que llegaban a mi rodilla.
Con la cabeza en alto, apagando velas. Me comió la obscuridad para luego reunirme con Jack.
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Hola a todos se que anteriormente les dije que a finales, pero he decidido darles esta capitulo hoy.
cerca de finales de Diciembre les traeré otro. Bueno, Gracias a todos por ser tan pacientes conmigo!!!
Itzy

1/11/12

He vuelto!!

hola chicos como podran ver, he vuelto pues para que????
para darles noticias... daaa O.o no es cierto yo los amo
bueno primero que nada quiero decirles que: con el libro de EL PAJARO QUE SE CONVERTÍA EN ALMOHADA, estoy trabajando en tercer capítulo, alrededor de finales de Noviembre, les subo el tercer capítulo
Voy a empezar a subir otro libro mas o menos les digo en una notita próxima vale????
ok hasta otra
ITZY
PD.
feliz día de muertos!!! :)

17/9/12

Capitulo 2


Explicaciones
Cuando la luz de un nuevo amanecer se asomó por mi ventana, me decidí a bajar a desayunar algo. Esa mañana no tenía hambre, tenía nauseas por la experiencia de la visión de la noche anterior, pero igual tenía que alimentarme. Así que solo preparé un pequeño refrigerio, un vaso con leche y un pedazo de una enorme torta de chocolate que había hecho hacía una semana. Me llevé un pequeño almuerzo por si me daba hambre.
La mañana estaba hermosa, esa noche iba a ser luna nueva. No me gustaba esa etapa, ya que cuando la luna alumbraba me sentía protegida, pero al no estar ese satélite natural, me sentía más vulnerable, ya no sentía unos brazos que me protegerían durante toda la noche. Pero no podía atrasar ni adelantar ese hecho. Esa iba a ser una noche muy larga.
Quité ese hecho para otro momento. Empecé a caminar por el bosque, con cierta cautela mirando a todas partes, desplazándome rápida y cautelosamente. Aunque no se notara siempre iba armada, con una daga que siempre llevaba en la pierna por encima de la rodilla, siempre llevaba una falda o vestido, entonces mi daga no se veía por más que lo intentaras. No llevaba solo una, sino dos. Me las gané en una apuesta con un mercader. Apostaba esas dos dagas a que no adivinaba cuantas monedas llevaba en una bolsa. Era pequeña, no se oía mucho, por lo que dije:
-2 monedas de plata.
-N… si –dijo derrotado.
Las dagas se movían libremente en mis manos, eran extremadamente fáciles usarlas, pero en una batalla cuerpo a cuerpo con un ladrón o algo parecido, resultaba difícil usarlas desde lejos.
En medio de mis recuerdos, hubo un sonido, que no era el de mis pisadas, eran de un animal, ya que sonaban cuatro pasos, pero nadie caminaba tan rápido, sería un conejo. O si no tenía tanta suerte, un lobo. Cuando se escucharon más fuertes, me eché a correr tan rápido que sentí el aire frio de la mañana. Cuando me detuve estaba enfrente de la escuela.
Era todavía temprano así que podía ir con el Profesor Jack. El profesor más viejo de todos, a pesar de ser el más viejo no podía aparentar más de 30 años. Esa era una razón muy especial. Como su compañero era un dragón, se supone que una persona sin compañero llega a los 60 años, pero parece de 90; uno con un animal normal, vive hasta que su compañero muere; pero hay personas las cuales sus compañeros son bestias aladas, como este profesor, las bestias aladas tienen un desarrollo más lento, y viven alrededor de los 500 años, o a menos de que los asesinen más jóvenes, pero como ya lo he mencionado antes, los gemelos no tienen ellos pueden vivir separados, pero sienten lo que le pasa al otro, entonces es simple: matas a uno se muere el otro. Realmente aun hoy en día no se cuanto pueden vivir, ya que los gemelos que he conocido, tienen diferentes edades, el más grande ha de tener 30 años.
Me dirigí al área sur de la escuela, ahí solo tuve que encontrar la oficina del conserje, en la zona de objetos perdidos, había un libro, en la parte media de una estantería de madera de olmo, todavía oloroso. “Cascadas susurrantes y otros misterios del pueblo” lo tomé y lo devolví a la estantería con un movimiento rápido. Pegué mi espalda a la estantería y cerré los ojos, sentí como la estantería daba vueltas hasta llegar al despacho del Profesor Jack. Cuando abrí los ojos encontré al señor Jack viendo hacía la ventana y su dragón dormido en su cama, pero  ambos voltearon a verme solo caminé por la madera rechinante. El profesor tenía los ojos verdes, verde azulado sería la mejor descripción; una piel morena; y un cabello lacio corto.
-Hola Katrina, hace tiempo que no pasas por aquí.
-No tengo tiempo para esto Jack, así que vamos al grano.
Su cara mostró extrañeza al notar mi inesperado mal humor, usualmente no era así pero el sueño comenzaba a malhumorarme el día, mejoré mi expresión tanto como pude.
-Lo siento Jack, pero  no dormí nada y tengo muchas cosas para preguntarte.
-En ese caso, siéntate en el sillón y cuéntame lo que tienes mientras descansas, parece que no dormiste.
-De hecho, no dormí –dije casi riéndome. En la aclaración.
Descansé la cabeza unos minutos con los ojos cerrados cuando estuve lista para empezar, abrí los ojos, y me senté en el sillón.
-Bueno, empezaré desde el principio.
-Gran forma de iniciar –me interrumpió.
-Si me vas a interrumpir entonces busco a alguien más.
-No, ahí muere.
-Bien, el principio –dije tomando aire.
“Hace unas semanas empecé a tener sueños, todos trataban de lo mismo, estaba en un lugar desconocido. Y había una voz que me pedía ayuda. No sé quién es, porque no lo veo, solo lo escucho. Además escucho que recibe órdenes de alguien más. Me recuerda a las clases de historia, porque son ordenes de antes de la guerra. La de hace mil años.
“Pero ayer paso algo. Me dio fiebre y comencé a ver por los ojos de alguien más. Y una chica que nunca había visto, unas palabras nada amistosas y la sensación de haber encontrado a mi compañero se unieron. Por eso te vine a buscar, para que me ayudaras a descifrarlas  tengo la ligera sospecha de que los ojos por los que vi eran los de mi compañero.
-¿Cuáles eran esas palabras?
-Eran: “lu-tan-iri, dill-lu an-dark-yip juk-lu-din-iz-za-lu dill-dark-za-dark, dill-lu que-su-iz-iri-pum-lu que-su-iri din-iz din-dark-sal-juk-lu-ti-dark, iri-sal-ti-iri din-dark-tu, iri-tu r-pum-dark-dill za-iz-dark”. ¿Qué significan? –Jack se tenso al escuchar mis palabras.
-Mira, Katrina. Te voy a contar una historia, y te suplico que si tienes dudas no me interrumpas, es muy importante y necesito toda tu atención. Te prometo que se responderán a su tiempo.
No esperó hasta que asintiera para levantarse e ir con su dragón, lo tomó suavemente como una hoja y le quitó el libro polvoroso que protegía. Lo depositó de nuevo y el dragón mostro que estaba más cómodo y comenzó a roncar con una sonrisa.
Jack volvió con el libro, le sopló y salió mucho polvo que me hizo estornudar más de una vez. Lo abrió en la primera página y me volteó a ver cauteloso con lo que iba a decir.
-Katrina, te repito las dudas se resolverán solas solo presta atención a la historia.
“Mira todos tienen su propia versión de la creación del mundo, yo te voy a contar una versión nueva a toda las que has escuchado, está es de mi abuelo, el vivió aquello ya que el también tuvo un compañero dragón, el protagonizó muchos sucesos, y la familia me dejó su diario a mi cuidado, pero te lo muestro porque tú también lo protagonizas.
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hola chicos!!!
aqui les traigo esto en el mismo día... perdonen si no subo otro en algun tiempo, es que es todo lo que tengo por ahora... xD
los amo. MUXO :D
ITZY

Capitulo 1


El inicio de todo
Habían pasado 3 años desde que entré a la universidad de la ciudad cerca de mi pueblo. Mi pueblo es excesivamente pequeño, pero su tierra es muy fértil, cosa que los pueblerinos aprovechan con gusto, desde que el sol sale hasta que el sol se pone, ya que la obscuridad no provoca más que desgracias. Yo por mi parte jamás tuve la mala suerte de toparme con un ladrón, un lobo, un oso, una serpiente…bueno esa sí, pero esta era una amiga que me seguía a la casa para que la alimentara. Pero solo la encontraba en sequía. Por las noches a pesar de que no estaba el sol para alumbrar todo el cielo y volverlo en un claro tono de azul, estaban otros astros más pequeños, que se volvían un gran espectáculo durante la noche. Junto con la luna, que parecía que me sonreía desde lo alto del cielo junto con un conejo que solo aparecía durante la luna llena.
En mi universidad, se estudian 6 años –obvio depende de la complejidad –, en mi caso, obvio. A la mitad del segundo tienes que tener un compañero o compañera. Esto funciona así, los animales tienen diferentes caracteres que nos ayudan a complementarnos a lo largo de nuestra vida, cuando los encontramos, es como si nuestras vidas estuvieran unidas, como un rompecabezas.
Por eso todos debemos ir a la universidad. Pero claro el momento de encontrar a un compañero es de diferente lapso para todos los de la universidad, creo que los únicos que encuentran a su compañero al nacer, son los gemelos, porque sus vidas fueron unidas al momento de nacer, no es justo.
Yo, no tengo gemela, por lo que tenía que buscar un compañero o compañera, no te dan limite, pero después de que todos tus compañeros tienen uno y tu no, es vergonzoso. Y más cuando ni siquiera lo sientes, se supone que lo sientes cuando esta cerca de ti, pero el único momento era en mis sueños, solo escuchaba su voz llamándome como un murmullo alterado, no lo veía, ni sabía donde estaba solo sé que sufría, y yo no lo podía ayudar. Después de eso despertaba llorando todas las noches, salía a caminar al pie del lago donde veía el reflejo de la luna, y mientras estaba ahí, mi cuerpo moreno sudado recibía una brisa fría que agradecía con un cosquilleo, mi cabello color caramelo se despeinaba con el ritmo de los grillos, cantando en una noche calmada, en mis ojos se reflejaba la luna, esos ojos grises que todos aun en día aman. Esos momentos me sentía más en contacto con la luna, porque podía sentir como esta me abrasaba y me consolaba.
Después de que terminaba de llorar y tener escalofríos, volvía a mi casa, una pequeña cabaña que me protegía, de todo mal, salvo de mis constantes pesadillas. Una vez en mi cama no podía dormir, así que cerraba los ojos e intentaba recordar aquella voz, una voz clara como el agua, llamando entre sollozos, como si fuese lastimado, y muy en el fondo casi inaudible, una voz dura mandando ordenes, que ya no se les pedían a los animales desde hace milenios, antes de todo hace 4 mil años, no existían compañeros, solo esclavos. Absolutamente todos los animales, desde el más pequeño insecto, hasta el más grande de los animales.
Hasta que hace mil años un grupo de amigos que eran buenos con los animales, justos con sus capacidades, liberaron a los animales, se decretó que por lo menos por donde yo vivía, no sé en lo demás, los animales serían libres de elegir, a los compañeros humanos, ya que antes uno debía tener 9 mínimos y tratarlos mal. Pero ahora el máximo son 3, y lo más importante es que ellos te eligen a ti.
Aun hoy en día recuerdo las órdenes que le daba.
-Oye, vamos no tengo todo el día –era un soprano, una mujer para ser exactos, su voz me era familiar, pero no lo recordaba.
-Katrina, ayúdame ¡por favor! –gritaba dolido el pobre.
Esas eran las palabras que me hacían llorar, porque a pesar de que lo escuchaba llorar, no podía moverme, por más que lo ordenara a mi cuerpo, no respondía. Y sentía que lo estaba traicionando.
Cuando volví en mi, sonaba mi alarma, me paré de un salto y la apagué. Me vestí con un vestido blanco de manga larga, que llegaba arriba de mis rodillas, unas botas con tacón y mi cabello en una trenza, me vi en el espejo y me mojé la cara, como acostumbraba todas las mañanas.
Bajé a desayunar con aire ausente. Me preparé una torta de milanesa, le puse queso, aguacate, rajas, jitomate, cebolla, y otras cosas. La devoré con hambre y bebí leche de un vaso. Lavé los platos, y salí con mi mochila y mi suéter a la escuela.
Llegué más temprano de lo que esperaba y aproveché para leer en mi salón de física. Cuando sonó el toque de aviso, el aula se llenó en un abrir y cerrar de ojos. La clase me ayudó a no pensar en mi sueño como de costumbre. Me entristecí cuando fui la primera en acabar el examen que hacía los viernes.  Salí ya que quería apresurarme para la siguiente clase, así que solo aparté un lugar, y me fui a recorrer la escuela. Me fui al área de animales donde estudiaban mis amigas y me senté bajo un roble para esperarlas, un mechón se desprendió de mi trenza y lo acomodé detrás de mi oreja, subí la vista y alguien se aproximaba hacia mí. Era un chico de complexión delgada; cabello negro; ojos azul zafiro; piel clara; y no menos importante, muy alto. Me levanté rápido e hice ademan de irme, pero me acorraló en una esquina  y me vio a los ojos, le devolví la mirada enojada y sus labios se encorvaron en una sonrisa que enseñaba sus dientes blancos.
-Johan, déjame en paz –dije escabulléndome de la pared.
-¿Porqué? –dijo con un tono un tanto aniñado. El era un año mayor que yo, y su compañera siempre se deslizaba y se arrastraba por ahí, y a mí ya me había tocado sentir el veneno de sus colmillos por mi cuerpo, serpiente celosa.
Me detuve en seco le envié una mirada fría y conteste.
-Mmm… primero, porque pareces mosca acercándote así a la gente. Y segundo ya hablamos de esto cuando terminamos, no ibas a acorralarme y/o a recordarme los malos recuerdos que me diste.
Hice ademán de irme pero me tomó del brazo y me hizo dar la vuelta, fui firme, me solté y caminé hasta mi respectivo salón, pateando una piedra que me encontré en el camino. Me encontré al maestro en el camino y estuvimos hablando de cosas mientras su compañero un cuervo, dormía en sus piernas.
-Lo ayudo, señor –dije tomando su silla de ruedas llevándolo al aula.
-Gracias, Kat.
Cuando llegamos al aula aun estaba vacía, por lo que tomé mi libro y comencé a revisar mis problemas de matemáticas, todos estaban bien así que estaba lista para el examen. Pasaron los minutos y llegaron mis compañeros cuando sonó la segunda campanada de aviso.
El examen me mantuvo fuera de la realidad, el profesor nos dejo tarea como para estar ocupada y no pensar en nada. Cuando volví a casa era de noche ya, muchos se hubieran quedado a dormir con alguien hasta que amaneciera, pero yo me sentía más protegida de noche que de día.
Mientras caminaba por el borde del lago, me pareció ver una figura dentro, me acerqué y divisé un pez, uno multicolor, no sentí nada, solo el efecto de su hermosura que me obligaba a no quitar los ojos de su extrema belleza, dando saltos en el agua brillando entre el brillo de el cuarto creciente, en eso una brisa me envolvió. La sentí como un regalo, me mojé la mano hasta que quedo fría y me toqué la frente, estaba ardiendo en fiebre. Mis rodillas temblaron y caí de rodillas sudando a chorros. El pasto estaba lleno de gotas de rocío por el frío que hacía, me acosté en esa cama de flores, tréboles y pasto; me sentí mejor al cabo de unos minutos, de un bolsillo de mi mochila, extraje un pañuelo, lo mojé y lo coloqué en mi frente ardiendo.
Empecé a ver borroso, y en un momento pude ver, pero no por mis ojos, por los de alguien más. Esta fiebre, no era mía. Era de alguien más, no sabía de quien, solo pude ver en esos ojos una chica, mayor que yo. Era blanca como la cal, ojos miel. Una melena negra y china. Con porte elegante, de princesa. Hablaba en un idioma que no comprendí. Pero igual memoricé sus palabras, “lu-tan-iri, dill-lu an-dark-yip juk-lu-din-iz-za-lu dill-dark-za-dark, dill-lu que-su-iz-iri-pum-lu que-su-iri din-iz din-dark-sal-juk-lu-ti-dark, iri-sal-ti-iri din-dark-tu, iri-tu r-pum-dark-dill za-iz-dark”, cuando terminó de decirlo de dio la vuelta y se fue, no sabía que significaría y no era un tono amable. Pero debía de investigarlo a toda costa.
Cuando terminé de verlo, y logré respirar normalmente me levanté y caminé hasta mi casa, ahí vi el reloj. Era la una de la mañana.  No tenía caso dormirme, ya que solo despertaría con más sueño. Así que decidí, poner al día mi diario y anotar esas palabras que cambiarían el rumbo de mi vida.
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hola a todos ustedes aqui les traje algo en lo que estoy trabajando.... no se enojen si el titulo es estúpido pero no se me ocurrió nada mejor de acuerdo a lo que tratará el libro.
Saludos a sus casitas y a sus familias!!!!
Los amo
 ITZY